ANALISIS TEXTUAL DE LA ESCENA FINAL DE LOS SOPRANO

LOS SOPRANO[1], serie televisiva dirigida por David Chase, además de ser la serie económicamente más rentable de la historia de la televisión, también ha sido catalogada por los críticos como una de las mejores series en todos los niveles de producción: técnicos, de guión, actoral… por lo que,  sin lugar a dudas, su escena final,  también ha sido de las más esperadas y polémicas.

 

Muy sintéticamente, su trama desarrolla los conflictos de identidad de un mafioso de Nueva Jersey, Tony Soprano (James Gandolfini) y las dificultades que enfrenta al interior de sus dos familias: la criminal y la familiar. La imposibilidad de tener una vida tranquila y en armonía es  la causa de los ataques de pánico que lo llevaran a asistir a una terapia psicoanalítica con la doctora Jennifer Melfi (Lorraine Bracco). La presencia de una madre castradora y autoritaria que conspira contra él, el estrés de tener que competir con su propio tío en los negocios mafiosos, los conflictos generacionales de sus hijos y la incomunicación con su esposa, serán algunos de los ejes de su terapia y de la serie.

 

 

A su vez, la serie también desarrolla los mundos interiores de los demás personajes cercanos a Tony, como su esposa Carmela (Edie Falco), su hija Meadow, (Jamie Lynn Sigler) su hijo A.J. (Robert Michael Iler),   su sobrino y protegido al interior de su familia mafiosa Cristopher Moltisanti (Michael Imperioli) o su tío Junior Soprano, (Dominic Chianese), entre otros…

 

Pero más que hablar del desarrollo de las tramas la serie, queremos hablar de su escena final. Así que sin más preámbulos empezaremos con su análisis. 

 

En  una sola frase: brutal,  inesperado y radical: una pantalla en negro, sin sonido, sin imágenes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En este caso específico, después de seis temporadas y 86 capítulos, los millones de espectadores en todo el mundo que  acababan de presenciar un sin fin de escenas catárticas y de un nivel simbólico impresionante (que veremos a continuación),  estaban deseando resolver  el punto cardinal de la historia: su desenlace. Al ver la pantalla en negro, la polémica fue inmensa, miles  no lo pudieron soportar.  Se quedaron esperando una acción definitoria,  una conclusión… y envés de eso, se vieron enfrentados a una pantalla totalmente en silencio con un fondo negro. Las reacciones fueron inmediatas, con ese final  abrupto y abierto, los fanáticos simplemente se quedaron paralizados ante la pantalla, desesperados por querer saber ¿qué pasó? ¿Cómo terminó? Pensando que habían perdido la conexión por cable durante los últimos segundos, en el climax de su emoción y de su expectativa, tuvieron que enfrentarse a los diez segundos más largos de toda la serie, un fundido en negro repentino: un punto de ignición.

 

Desde entonces, este último capítulo, esta escena final, ha sido objeto de muchísimos comentarios en periódicos por todo el mundo y en cualquier cantidad de foros a través de Internet  (especialmente el portal YOUTUBE).  Se sabe que miles de mensajes e incluso llamadas llegaron a la cadena HBO a los pocos segundos de haber emitido el último capítulo.  La experiencia subjetiva que este relato produjo fue y sigue siendo inmensa: las personas a escala global han discutido, han recreado, incluso han producido finales alternos… tanto que aún hoy más de 7 años después, continúa la polémica, pues no se puede saber a ciencia cierta cuál es el destino de Tony Soprano, el personaje principal de la serie.

 

Pero antes de ir a ese punto de ignición, a ese fundido negro que tanto le arde a los espectadores, iniciemos la lectura textual desde las últimas secuencias que justifican su aparición.